jueves, 13 de febrero de 2020

Comiendo calçots en casa de Abel

El sábado, 1 de febrero, fuimos al Can Castelló para recoger los cuadros. Aparcamos cerca de casa para descargarlos y el coche no quería arrancar. Al día siguiente íbamos al pueblo de Torrelletes, donde vive Abel, un compañero de trabajo de mi pareja, para comer calçots. Al final fuimos con Javi, otro compañero de mi pareja.  Tardamos alrededor de una hora para llegar al pueblo. Está situado al lado de Parc del Foix, rodeado de montañas.  El Parc del Foix se encuentra en la comarca del Alt Penedés, en la parte final de la depresión prelitoral catalana, y es una de las pocas zonas húmedas del Penedés. Por el parque pasa el río Foix, al lado del cual se cultiva la viña y el cultivo de secano. Otros puntos de interés son: Pantano de Foix, creado artificialmente y los castillos de Penyafort y Castellet.
La casa donde vive Abel, es de su familia y tiene 150 años. En las paredes había muchas herramientas antiguas como hachas, cuchillos, etc, Hemos visto también unas bicicletas antiguas. Los calçots, alcachofas y las carnes los prepararon en el patio. Todos los productos incluidos:carne, verdura, vino, licores, aceite y los postres (coca dulce, carquiñoles y almendras envueltas en cacao, todo super artesanal) eran de la zona. 
Calçots, con la que se denomina a una variedad de cebollas tiernas poco bulbosas. Son habituales en la zona interior de Cataluña, pero especialmente de toda la zona occidental, correspondiente a las tierras del Ebro y la comarca del Alto Campo, y es el plato más emblemático de la población de Valls (Tarragona). Es uno de los platos típicos de la gastronomía catalana, muy consumido a finales de invierno, completando con un segundo plato compuesto por carnes y butifarras típicas. Los calçots se consumen asados. Tienen que hacerse sobre llama viva y no hay que esperar a que se hagan brasas, que es como se asaría la carne. Una vez hechos cuando las capas exteriores están negras, entreabiertas y echan una especie de espumita, se envuelven en grupos de 25 aproximadamente en varias hojas de papel de periódico y se dejan como mínimo una media hora para que acaben de cocerse con su propio calor. Se comen pelando las capas exteriores y untando el calçot acompañados de una salsa denominada salvitxada o también con salsa de romesco.












Golpeando alcachofas, para que se abran, luego se echa dentro sal y aceite y se prepra a la brasa.






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